lunes, 20 de febrero de 2012

Perú, el impacto de la continuidad inesperada


Hablamos de la tercera economía emergente más prometedora a nivel mundial tras China y Tailandia. A pesar de vivir tiempos de crisis global, Perú mantiene un crecimiento económico medio del 5,7% durante la última década y de, prácticamente, un 7% durante el año 2011.

Todos estos datos apenas han sufrido ningún cambio con la entrada del nuevo gobierno de Ollanta Humala. Hace unos siete meses que se produjo y gran parte de la población peruana y la comunidad internacional esperaban grandes reformas y un cambio de política que de momento no se han producido. Tras ganar las elecciones siendo visto como un político nacionalista de izquierdas, ahora parece más cercano a un posicionamiento de centro y liberal. La pérdida de apoyo durante estos meses de las clases medias y bajas que le votaron es evidente y en las últimas fechas se han producido varios conflictos sociales que no se adivinaban por el carácter político que se esperaba de él, con el caso minero de Cajamarca en el ojo del huracán.

No todas son opiniones negativas sobre la gestión de Humala, también se destaca la practicidad de sus acciones y consideran que su visión de país corresponde a una imagen de construcción de un proyecto nacionalista. Punto que no contradice su ideología pre-electoral. Además se le atribuyen algunas tareas de la función pública que ejecuta independientemente de la ideología. Actualmente se le ve poco ideologizado y coincide con su fuerte caida de popularidad entre la clase medio-baja.

Mientras tanto, la marcha económica del país sigue siendo excepcional. La demanda interna sigue tirando del país provocando un comportamiento económico muy favorable.


En referencia a las exportaciones, Perú cerró el año 2011 con un crecimiento del 30% con respecto al ejercicio anterior y la balanza comercial también sigue experimentando una fuerte subida. La inversión exterior miraba con reservas y cierto recelo el posible cambio de política, sin embargo se han encontrado con un continuismo inesperado que invita a despejar las dudas sobre las apuestas realizadas en el país y el miedo a una posible inseguridad jurídica. Los factores de inversión, las previsiones en el crecimiento del PIB y la facilidad para hacer negocios siguen siendo en Perú de las tasas más altas de Latinoamérica.

¿Creéis que la buena marcha del país puede tapar en parte el descontento de la población por el cambio de política? ¿Con otro tipo de política el crecimiento habría sido superior, inferior o no tiene un gran impacto debido a la gran demanda interna?

2 comentarios:

Hola Jorge gracias por tu artículo.

Creo sinceramente que epoca de bonanza la gente es permisiva y que si las desigualdades sociales persisten es posible que sea una bomba de relojeria.

Un saludo

Buenos días Iñigo:

La situación que se plantea es la siguiente. La economía peruana tirará del país independientemente del rumbo político, que sólo modelará un poco el crecimiento. El problema se plantea porque para llegar al poder Humala se apoyo en algunos poderes sociales que ahora no están de acuerdo con las decisiones tomadas y ahora esta más cerca de los empresarios que del "pueblo". ¿Cómo afecta esta situacion al pais?

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